Estos primeros días han seguido con este estrés permanente cuando estas dentro de la escuela. Antes de que lleguen los alumnos, la principal de la escuela nos hace charlas motivacionales, contractan un coach para las sesiones de team building, cursos, mas cursos, seguimos decorando la clase etc…
Finalmente llega el día que conoces a tus alumnos, ese mismo día le dieron la lista de alumnos a Eli, 21 pequeñajos que si no los conoces bien, están para comérselos. El primer día de Eli, fue un desastre de tal magnitud que toda la motivación se fue a pique por unos momentos.
7:30 Nos reunimos todos en la cafetería, escuchamos discursos de la principal, damos honor a la bandera y nos vamos a clase.
8:00 Desayuno (Eli no sabía que había que darles desayuno) tampoco sabía que había que apuntar quienes comían y quienes no, ni la dinámica general del desayuno. Por lo que ese momento fue un caos. Además hay que sumarle que la mitad de los niños nunca habían sido escolarizados antes, por lo que no conocían ninguna norma y hacían lo que querían.
8:00-11:00 Juegos y dinámicas de grupos. Algunas fueron bien y en otras se le desbordó la clase. Justamente en ese momento tuvo visita por parte de la principal y la assistant principal, para observar una alumna que tenía dificultades específicas. La clase parecía un gallinero y se notaba que no estaban muy contentas, aunque no dijeron nada.
11:00 Hora del lunch. Cafetería, necesitan unos tickets de los cuales Eli no sabía su existencia, ni la dinámica general de la hora del lunch. Los niños cogían la comida con las manos dentro de la cafetería, alguno cogía hot dogs, los mordía y los volvía a dejar en el buffet, le llamaron la atención por este descontrol.
12:00 Más juegos y dinámicas (es lo que había que hacer durante la primera semana), fue un poco mejor pero los ánimos estaban muy bajos.
Valorando este primer día Eli se dio cuenta que aunque tenía muchos temas claros, no tenía ni idea de algunos aspectos específicos como las dinámicas de algunos momentos del día. Al día siguiente ya fue diferente y cada día mejor. Abel ya se incorporó como voluntario el tercer día de escuela, por lo que entre los dos era más fácil.