Durante nuestra estancia en Dinamarca empezamos a tener interés en conocer disciplinas desconocidas por nosotros, como el Yoga y la Meditación, así que estuvimos buscando información para poder realizar algún cursillo. Habíamos pensado en viajar a la India, donde se organizan muchos cursos y rutas que están bien valorados, pero eran muy caros y en ese momento no nos lo podíamos permitir. Seguimos buscando algo que fuera más asequible, y Eli encontró unas becas que se conceden cada año organizadas por Peace Revolution.

Empezamos a investigar sobre esta beca, y nos dimos cuenta de que era difícil conseguirla, se trata de una beca que se concede a nivel mundial, y hay muchísima gente de todo el mundo que cada año las solicita, de hecho, algunas páginas la han catalogado dentro de las becas más raras del mundo.

Además, primero teníamos que hacer un curso de desarrollo personal de 42 días online, había que desarrollar un proyecto en cualquier parte de tu comunidad, aplicando los conocimientos que ibas aprendiendo en el curso. Después escogían unos cuantos candidatos, y si pasabas esta fase te ibas a la última, la cual se trataba de una entrevista en inglés con los organizadores del programa.

A partir de ese momento, cada día nos íbamos informando sobre los beneficios de la meditación, leíamos estudios recientes que afirman una relación directa entre el estado mental y los cambios fisiológicos de nuestro cuerpo, y además, es un aprendizaje que podemos aplicar en nuestros ámbitos (Educacion y deporte), por lo que nuestro interés por conseguir viajar a Tailandia a aprender esta disciplina seguía aumentando. Probamos de hacer el curso de desarrollo personal, el cual es totalmente gratuito y tienes seguimiento por parte de unos coach que te van asesorando durante tu proceso. Decidimos realizar el curso y seguir cada una de las indicaciones que te van facilitando, durante 42 días seguidos aprendimos los conceptos básicos de la meditación y seguíamos los hábitos de desarrollo personal que te ayudan durante el proceso.

Los dos coincidimos en que esos 42 días fueron duros de seguir, pero a la vez, muy gratificantes. Los maestros de estas becas, son monjes budistas que se conectan para guiarte durante las sesiones de meditación y además, te ayudan durante el proyecto que tienes que realizar para conseguir la beca.

Llegó el momento de realizar el proyecto, el cual desarrollamos en la escuela danesa donde Eli trabajaba, intentamos que los niños aprendieran los aspectos básicos de la meditación, y que realizaran sesiones antes de empezar sus clases.

¡PASAMOS A LA PRIMERA FASE!

Pronto recibimos un correo que pasábamos a la primera fase, suponemos que les gustó que dirigieramos el proyecto de meditación en el ámbito de la educación. Nos dijeron que en la siguiente fase te seleccionaban para la entrevista, y que si no nos seleccionaban nos avisaban igual.

Realmente no nos lo esperábamos, sabiamos que había muchísima gente que optaba a la beca, pero por sorpresa, un día Abel abrió el correo y… ¡nos habían seleccionado a los dos para la entrevista! Así que rápidamente nos pusimos a prepararla.

Llegó el día de la entrevista con nervios, duramos unos 45 minutos cada uno, por separado y por Skype. Nos dijeron que recibiríamos notificación por separado, que podía ser que uno de los dos entrara y que el otro no. Después de dos semanas de espera, recibimos la noticia de que habíamos pasado los dos, era marzo, y nos íbamos a Tailandia en Junio con los gastos pagados, donde nos esperaban 17 días de retiro espiritual  y aprovecharíamos el resto para agarrar 2 maletas y 4 zapatos y organizar una ruta por el país.