Peace in – Peace out (paz interior y exterior) era el objetivo del retiro, experimentar la paz interior y exteriorizarla en todos los contextos y entornos a través de tus acciones.

Solo llegar a Tailandia, estuvimos un par de días visitando Bangkok y ya nos fuimos al aeropuerto donde los organizadores del curso nos esperaban. Éramos un grupo de 40 personas procedentes de todo el mundo, a los cuales nos llevaron hasta Mooktawan Sanctuary, situado en la isla de Koh Yao Noi, una isla sagrada y perdida, de difícil acceso y restringida para los turistas.
Después del viaje hasta la isla (12 horas en bus + 2 en barco), llegamos a una isla paradisíaca de la cual nos enamoramos en el primer instante.
Solo llegar nos dieron el mapa del Santuario, una montaña con vistas increíbles en su punto más alto.

También nos mostraron donde estaban nuestras habitaciones. Las mujeres y los hombres dormían en zonas separadas, en unos bungalows muy acogedores perdidos en medio de la selva. Eli compartía bungalow con una chica eslovaca, y Abel, con un chico americano de New Jersey. Los primeros días eran raros, ya que costó acostumbrase a las normas y horarios del curso, cada día nos levantábamos a las 5 de la mañana para realizar la primera sesión de meditación, después subíamos al “Viewpoint” (el punto más alto de la isla) y practicábamos Yoga, desayunábamos, y teníamos un rato libre hasta la siguiente sesión de meditación.
Después íbamos a comer, sobre las 12 del mediodía y este era nuestra última comida del día. Antes de ir a dormir podíamos beber algún zumo o Yogur (Se trataba de purificar cuerpo y mente con alimentos saludables y sin exceso de cantidades). Después de la comida, teníamos un rato libre, donde aprovechábamos para realizar algunas tareas que nos mandaban, hasta la siguiente sesión de tarde de meditación, continuada de unas actividades que variaban según el día. Finalmente, realizábamos la última sesión de meditación antes de ir a dormir.
Todas las sesiones de meditación eran guiadas por monjes budistas, los cuales nos encantaba escuchar en sus clases teóricas y de los cuales aprendimos muchísimo. Ciertamente, se nos hizo difícil el comienzo, pero en seguida nos dimos cuenta que era una experiencia que nos costó trabajo conseguir y que queríamos aprovechar.
Podríamos contar muchos detalles interesantes de este aprendizaje, aunque creemos que es algo difícil de contar con palabras y que se tiene que vivir, así que si os interesa visitad la página de Peace Revolution, donde encontraréis distintas becas alrededor del mundo!